Si quieres disfrutar de una experiencia de shisha impecable y prolongar la vida útil de tu cachimba, es fundamental saber cómo cuidarla y limpiarla correctamente. A continuación, te explicamos paso a paso cómo hacerlo.

El uso frecuente acumula residuos de tabaco, melaza y sabores, afectando tanto la calidad de la fumada como la higiene. Una cachimba sucia altera los sabores y reduce el flujo de aire. La limpieza no solo mejora el rendimiento, sino que también prolonga la durabilidad de las piezas.

La recomendación general es limpiar tu cachimba después de cada uso. Sin embargo, si la utilizas de manera ocasional o en eventos, con una limpieza semanal profunda debería ser suficiente. Una limpieza rápida entre sesiones también puede mantenerla en buenas condiciones.

Cepillos para tubo y base

Agua tibia

Jabón suave o detergente

Limpiador de cachimbas (opcional)

Bicarbonato de sodio y limón (para desinfección natural)

Desmonta todas las piezas

Empieza separando la base, el tallo, la manguera y la cazoleta. Esto facilita la limpieza individual de cada componente.

Limpia la base

Llena la base con agua tibia y añade unas gotas de jabón suave. Usa un cepillo largo para llegar al fondo y las paredes interiores. Si la base tiene manchas, puedes agregar bicarbonato de sodio y limón, lo que también eliminará olores.

El tallo

Usa un cepillo fino para el tallo. Pasa el cepillo con agua y jabón a través de él varias veces hasta que no queden restos de tabaco ni residuos. Asegúrate de enjuagar bien con agua limpia.

Secado

Una vez limpias todas las piezas, deja que se sequen completamente antes de volver a montarlas. Asegúrate de que no quede agua en el interior del tallo o la base, ya que esto puede provocar moho y mal olor.

El cuidado y limpieza de tu cachimba es esencial para asegurar una fumada de calidad y mantenerla en óptimas condiciones. Con un mantenimiento adecuado, no solo disfrutarás más, sino que también prolongarás la vida útil de tu equipo.